La Diputación de Castellón, bajo la presidencia de Marta Barrachina del Partido Popular, ha anunciado sus planes de abrir una escuela de 'parany', un método de caza cruel y prohibido por el Gobierno valenciano y la Unión Europea. Este anuncio ignora el sufrimiento de las aves, como petirrojos, picagordos y curracas, que son capturadas de manera no selectiva en trampas adhesivas.

El Desafío a la Ética

La decisión de la Diputación de Castellón de respaldar el 'parany' es un acto que va en contra de los valores éticos de respeto a la vida y al medio ambiente. Mientras el mundo avanza hacia la protección de la fauna y la biodiversidad, Castellón retrocede al apoyar un método de caza que ha sido condenado por su crueldad y su falta de selectividad. La 'liga' adhesiva empleada en el 'parany' condena a estas aves a un destino cruel y lento.

El Falso Disfraz Científico

La propuesta de crear una “cátedra científica” para el 'parany' es una tapadera inaceptable. Bajo la apariencia de la ciencia, la Diputación intenta justificar una práctica arcaica y bárbara que va en contra de la ética moderna y de la legislación europea. Este intento de revivir el 'parany' bajo el pretexto de la investigación es una afrenta a la inteligencia y la conciencia de quienes creemos en un mundo justo y compasivo.

Un Ataque a la Naturaleza

La caza del 'parany' no solo es inhumana, sino que también tiene un impacto devastador en la vida silvestre. Los defensores de esta práctica no parecen comprender que la conservación de la biodiversidad y la protección del medio ambiente van de la mano. El 'parany' es un ataque directo a estos valores fundamentales.

La Resistencia es Necesaria

Para quienes creemos en la protección de los derechos de los animales y en la preservación de nuestro entorno natural, esta noticia es profundamente indignante. Es imperativo que las voces de los animalistas se alcen en protesta contra esta iniciativa retrógrada y propia de otros tiempos.

Conclusión

La Diputación de Castellón debe reconsiderar su apoyo al 'parany'. En lugar de promover una escuela para una caza prohibida, debería centrarse en medidas que fomenten la coexistencia pacífica con la naturaleza y el respeto por todas las formas de vida en la región. El mundo mira a Castellón, y su elección es clara: avanzar hacia un futuro más compasivo o retroceder hacia prácticas bárbaras del pasado.