SED Y MUERTE: NUESTRO BIENESTAR, SU PESADILLA
Con la sequía y las altas temperaturas, los ciervos, gamos y cabras montesas buscan comida en zonas de cultivo humano. Estos animales reciben una doble discriminación. Por una parte, sufren las consecuencias del cambio climático capitalogénico, especialmente provocado por grandes multinacionales del petróleo y el lobby de la carne, que actúa en nuestras sociedades impidiendo soluciones vegetales a la crisis climática. Por otra, son etiquetados como especies cinegéticas, lo que los reduce a meros objetos de explotación y disfrute
La sequía implacable agota los puntos de agua en su hábitat, forzando a estos nobles animales a emprender travesías desesperadas en busca de alimento y supervivencia. Incluso en el momento más delicado de su existencia, en plena época de cría, estos animales enfrentan una terrible incertidumbre sobre el futuro de sus descendientes.
¿Cuáles es la mayor preocupación en este momento? El especismo antropocéntrico lleva a que los cazadores teman que la presencia de animales con una peor condición corporal repercuta en un descenso en las tasas de reproducción y ¡en la calidad de los trofeos de caza!
Para evitar que la fauna llegue a zonas de cultivo, y se produzcan daños en olivos, se ha solicitado la caza por la noche en parcelas agrícolas, ampliando el permiso, que ahora solo existe para el jabalí, a todas las especies. También consideran viable el uso del rifle y que se permita disparar a ciervos, gamos y cabras para bajar la población. Y para terminar se busca la comercialización de la carne de caza mayor.
Debemos dar una solución antiespecista a esta dura realidad. En lugar de sacrificar sus vida por nuestros intereses, es nuestra responsabilidad encontrar soluciones más compasivas para lidiar con la escasez de agua y los daños en los cultivos.
Es hora de abrazar la empatía y la compasión en nuestras decisiones. No podemos permitir que los más débiles paguen por los errores de los más poderosos. Debemos actuar con urgencia para detener la destrucción del planeta y proteger a todos los seres vivos que lo habitan, incluyendo a los ciervos, gamos y cabras montesas. Juntos, podemos construir un futuro en el que el disfrute y el derecho a la vida sean compartidos por todos, sin excepción.
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