¡Es devastador! A nivel mundial, las poblaciones de animales silvestres han experimentado una reducción espeluznante del 69% en tan solo 52 años. ¡Es como si un grito silencioso resonara en cada rincón del planeta! Las olas de calor y las sequías, implacables y cada vez más frecuentes por la crisis climática, se convierten en verdaderos monstruos devoradores que amenazan el hábitat y las vidas de nuestros amados animales.

Nos causa un profundo dolor contemplar cómo la codicia y la búsqueda desenfrenada de ganancias han llevado a la destrucción despiadada de nuestros bosques y a anteponer nuestro paladar al de la vida de millones de animales. Grandes extensiones de bosque han sido reducidas a tierra devastada para dar cabida a la explotación de miles de animales convertidos en ganado. La sed insaciable de carne y lácteos ha cegado nuestra compasión y nos ha llevado a sacrificar millones de vidas en aras del consumo.

La devastación de las poblaciones animales y la explotación de la soja en un mundo despiadado

Es realmente desgarrador enfrentar la verdad detrás de la producción de soja en Brasil y en todo el mundo. Descubrimos que solo un minúsculo 6% de esta preciosa cosecha se destina al consumo humano. ¿Qué sucede con el resto? El 75% de la soja es entregada como sacrificio para alimentar a la industria ganadera. Nuestro corazón se parte en mil pedazos al saber que tantos recursos y esfuerzos se canalizan hacia criar animales en lugar de alimentar a humanos.

Las aves no pueden desplegar sus alas en las jaulas, los peces nadan sin rumbo en piscifactorías, los cerdos languidecen en estrechos corrales, y las vacas ven su libertad truncada en cautiverio, todo alimentado con esta valiosa soja. ¿No podemos ver la ironía de esta cruel realidad? En un mundo donde el hambre y la desnutrición acechan, la mayoría de la soja se sacrifica para engordar al ganado y no para calmar el hambre de la humanidad.

¡Es tiempo de actuar! Cada decisión que tomemos puede marcar la diferencia, cada elección que hagamos puede inclinar la balanza hacia un mundo más compasivo y justo. Que nuestra empatía y nuestra conciencia guíen nuestras acciones hacia un futuro en el que la comida se comparta equitativamente entre todos, donde la tierra sea tratada con amor y respeto, y donde la vida de cada ser, humana y demás animales, sea valorada en toda su magnitud.

¡Juntas podemos cambiar el rumbo de esta triste historia y crear un futuro más esperanzador para todas!

¿Quieres saber más? Visualiza el documental Comiendo nuestro camino a la extinción.

Evitar comer carne y lácteos es la mejor manera individual de reducir nuestro impacto en la Tierra”. Fuente: https://www.science.org/doi/10.1126/science.aaq0216