La construcción de carreteras es una de las principales causas de fragmentación y pérdida de hábitat para los animales. Cada año, millones de animales mueren atropellados por los vehículos que circulan por estas vías, que atraviesan sus territorios y les impiden acceder a recursos vitales como el agua, el alimento o la reproducción. No es un animal el que pasa por una carretera, es una carretera la que pasa por el territorio del animal.

La biodiversidad y la fauna son esenciales para el equilibrio ecológico e, incluso, el bienestar humano. Los animales cumplen funciones ecológicas vitales como la polinización, la dispersión de semillas, el control de plagas, la depuración del agua o la regulación del clima. Además, los animales nos aportan beneficios sociales, culturales, educativos y emocionales. Los animales son parte de nuestra comunidad y nuestra historia, y debemos valorarlos y protegerlos.

Las carreteras no solo afectan a los demás animales, sino también a los humanos. Los atropellos de fauna suponen un riesgo para la seguridad vial, un coste económico y un impacto psicológico para los conductores y las conductoras. Además, las carreteras contribuyen al cambio climático, la contaminación acústica y atmosférica o la erosión del suelo.

Es urgente tomar medidas para reducir el impacto de las carreteras en los animales y en el medio ambiente. Algunas de estas medidas son: 

- Evitar la construcción de nuevas carreteras en zonas de alto valor ecológico, 

- Restaurar los hábitats afectados por las infraestructuras existentes,

- Implementar medidas de prevención y mitigación de atropellos como pasos de fauna, señalización, limitación de velocidad o vallados permeables.

- Fomentar el transporte público y sostenible, educar y sensibilizar a la ciudadanía sobre el respeto a los animales y la naturaleza.

A pesar de las evidencias científicas, la comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo ha votado  en contra de una versión con enmiendas de la Ley de Restauración de la Naturaleza. El texto se votará en el pleno en la semana del 10 de julio y esperamos que salga adelante. La legislación pretende invertir la pérdida de biodiversidad rehabilitando las zonas terrestres y marítimas degradadas de Europa. Pero se ha convertido en objeto de críticas por parte de la Europa retrógrada de la Vergüenza. Los partidos de derechas, colaboracionistas con la ultraderecha, han votado en contra. 

Es fundamental la creación de corredores ecológicos que conecten las áreas naturales, la reducción de la velocidad y el tráfico en las carreteras que atraviesan zonas sensibles, y la instalación de pasos de fauna que faciliten el cruce seguro de los animales.

Las carreteras son una amenaza para los animales, pero también una oportunidad para cambiar nuestra relación con ellos. Si somos conscientes del problema y actuamos en consecuencia, podemos contribuir a mejorar la situación de los animales y del planeta. Los animales no son un obstáculo en nuestro camino, sino nuestros compañeros de viaje.